La necesidad que hay en las iglesias en México, tanto espiritualmente como monetariamente rompe mi corazón. Aveces no somos lo suficientemente agradecido con las cosas que tenemos y creemos muchas veces que las merecemos; pero cuando vemos la gran necesidad que tienen otras naciones, como México, nos damos cuenta que somos ricos en todos los sentidos.

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Hay que darle gracias a Dios por lo que tenemos y no quejarnos, sabiendo que hay hermanos alrededor del mundo que se pondrían la ropa que tú y yo ya vemos fea y queremos votar, y se comerían la comida que tiramos. Me doy cuenta que muchas veces mientras más fácil tenemos las cosas, menos fieles le somos a Dios. Que el Señor tenga misericordia de nosotros y ayude a aquellos en gran necesidad.

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Gracias por tu apoyo financiero y oraciones. Seguiremos yendo a donde están los necesitados, si el Señor me lo permite.